¡Con sus ojos, con su cabeza, con su corazón!

El lenguaje emocional es el más útil de los idiomas y debería enseñarse desde que somos bien pequeños ya que es el lenguaje universal, el que hablan las personas en cualquier parte del mundo, vayas donde vayas. Podríamos reunir suficiente información para escribir varios libros sobre las múltiples definiciones que existen de empatía. A pesar de que éste es un artículo largo, la idea es que en el menor tiempo posible podáis sacar el máximo beneficio a vuestras vidas por lo que hablaré sobre un enfoque práctico. ¿Empatía? ¿Inteligencia emocional? Llamálo “X”, no me importa cómo lo etiquetes y/o categorices, sino el partido que aprendas a sacarle. No entraré en los neurotransmisores que intervienen en la empatía, ni en las bases neurológicas (sistema cognitivo y sistema emocional) que se han obtenido a través de pruebas de neuroimagen y de estudios de comportamiento, etc. Intento transmitiros conocimientos y experiencias, a través de ejemplos reales, para que podáis desarrollar de forma práctica la inteligencia emocional en vuestras propias vidas.

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Muchas personas entienden la empatía como “ponerte en la situación del otro” sin tener en cuenta algunos aspectos. Si YO me pongo en la situación del otro siendo YO, probablemente lo que yo interprete y sienta en esa situación no sea lo mismo que lo que interprete y sienta la otra persona, por lo que no estaré siendo empático. Por ejemplo, imaginad que a Pablo le molesta mucho que las cosas estén desordenadas y Blanca no le da tanta importancia al orden. Si Pablo y Blanca conviven juntos y un día todo está desordenado podría ser que Pablo estuviera muy enfadado. Blanca podría creer que está siendo empática con Pablo porque ella piensa “si mi ropa estuviera colocada como la suya yo no estaría igual de enfadada que él, por lo tanto, me pongo en su lugar y es un exagerado…”. Éste un error que sucede muy a menudo, creemos ser empáticos pero en realidad no lo estamos siendo, ya que no estamos saliendo de nosotros mismos. Es cierto que nos ponemos en la situación del otro, pero nos ponemos en su lugar desde nuestro punto de vista, interpretando la situación a partir de nuestros conceptos, esquemas, etc.

Los seres humanos muchas veces sentimos emociones similares pero a través de medios y de maneras diferentes y no sabemos cómo explicarlo por lo que parece que hablemos diferentes idiomas y esto provoca que, en muchas ocasiones, no nos entendamos. Aunque hablemos el mismo “idioma” (español en este caso), nos cuesta comunicarnos. La mente humana tiene en común sensaciones, emociones y sentimientos. La diferencia entre dos personas es el momento en el que se muestran y la intensidad de éstos. Por ejemplo, muchas personas sienten intranquilidad cuando las cosas no están planeadas, otras cuando les levantan la voz, otros cuando les muestran indiferencia… Otro ejemplo sería que a muchas personas les da “un subidón de adrenalina” cuando les regalan flores, a otras cuando viajan, a otras cuando hacen deportes de riesgo, a otras cuando compran cosas, etc. No todas las personas viven las sensaciones, las emociones y los sentimientos con la misma intensidad, ni son provocadas por las mismas situaciones. En cada persona y en cada circunstancia puede variar tanto la intensidad como la emoción, la sensación o el sentimiento. La empatía es ponerse en el lugar del otro teniendo en cuenta sus conceptos, sus esquemas mentales, su carácter innato moldeado por sus experiencias, etc. Hay muchas variables que pueden influir y que podría ser que no estemos contemplando como por ejemplo, la predisposición genética, la personalidad, los condicionantes hormonales, la educación, las experiencias que sabemos que ha tenido o que ni siquiera sabemos que ha vivido, incluso en ocasiones creemos conocer casi todo de alguien porque conocemos su historia, sus experiencias, pero no sabemos exactamente cómo ha vivido cada situación, cómo se ha sentido, cómo ha interpretado y cómo le ha afectado, por lo tanto no sabemos qué consecuencias tiene esa experiencia, no sabemos cómo van a afectar sus vivencias e interpretaciones pasadas en sus vivencias e interpretaciones actuales.

EJEMPLO:

Pablo y Blanca son una pareja que se quiere muchísimo, se complementan mucho y se aportan infinidad de cosas. Comparten unos valores comunes muy importantes y son muy felices juntos. Como todo ser humano, tienen cualidades y defectos y tienen que aprender a disfrutar y valorar lo bueno de cada uno así como a saber llevar sus defectos, el uno del otro. Ponen lo bueno y lo malo en una balanza y el resultado es positivo, vale la pena conservar esta relación, los dos están convencidos de su elección. Ya tomada la decisión hay que detectar y aprender a ver cuál es la mejor forma de llevar el día a día, cuál es la mejor manera de “regar cada día” la relación no sólo para mantenerla, sino para que además crezca y la inteligencia emocional es clave para ello.

Pablo es una persona muy detallista, responsable, trabajadora y organizada. Como una de sus áreas de mejora, podríamos decir que a veces le da excesiva importancia al orden (si las cosas no están perfectamente colocadas, siente intranquilidad y eso acaba provocándole malhumor y, en ocasiones, conflictos con algunas personas).

Blanca es responsable, trabajadora, muy creativa y emocional, le gusta el orden pero no le da tanta importancia ya que podría vivir perfectamente en el “caos”, ella es feliz mientras se sienta querida por la gente que le rodea, el desorden no le produce intranquilidad. Sin embargo, a veces, si no siente aprobación por alguna de las personas que le rodea se siente angustiada y nerviosa.

La sensación que tiene Pablo cuando no tiene todo ordenado es similar a la de Blanca cuando se siente sola o siente que no es aprobada por todos. Ellos ni lo saben, pero ambos manifiestan a través del control la incesante necesidad de evitar sentir esa intranquilidad. Inconscientemente, creen y sienten que si tienen “X” cosas controladas, no tendrán esa sensación tan desagradable, ese vacío, ese descontrol, esa intranquilidad, ese dolor que ni siquiera entienden. Pablo, inconscientemente, evita esa sensación controlando el orden, y Blanca evita esa sensación controlando a las personas o buscando su aprobación constantemente…

Para mantener la relación es imprescindible aceptar al otro, no es tan importante entender por qué la otra persona necesita controlar o no controlar algo, si tiene una serie de hábitos u otros… si no que hay que ver cómo encajas esos hábitos o esas necesidades de esa persona  con las tuyas para funcionar en vuestro día a día. En muchos casos, podría ser que Pablo no supiera perfectamente cómo es Blanca (puede ser que no lo sepa ni ella misma), es probable que no entienda por qué de repente necesita más atención, más mensajes, más visitas… “x” días o “x” momentos… y no sepa cómo adivinar esos momentos… pero, para apoyar a Blanca, es importante que Pablo intente transmitirle tranquilidad cuando ella la necesita, no es imprescindible que comprenda todo lo que hay detrás (no puedes exigir a alguien que comprenda tu mente, pues es muy difícil, con que sepa adaptarse a tu día a día, la otra persona ya está haciendo un esfuerzo por apoyarte más que suficiente). Así mismo, si Blanca no hace un esfuerzo por tener empatía y salir de sí misma y de “su mundo”, no comprenderá la importancia que Pablo le da al orden, pues para ella el orden siempre había sido lo último, por lo que deberá aprender a transmitir tranquilidad a Pablo dándole importancia a los detalles y al orden (aunque su manera de transmitir tranquilidad hasta ahora hubiera sido otra).

Os explico 3 casos que podrían darse, entre muchos otros:

Caso 1: Pablo y Blanca muestran empatía: 

Blanca está en el trabajo, de repente no entiende por qué motivo pero empieza a sentirse inquieta… Coge su móvil y le escribe a Pablo… “Cariño, estoy nerviosa”. Pablo, que ya conoce a Blanca, no duda en coger el teléfono en cuanto tiene 5 minutos y le llama para decirle que todo está bien, que la quiere mucho y que esté tranquila. Para Pablo no sería necesaria esta llamada, podría parecerle incluso absurda, pero sabe que para ella es importante, pues probablemente estos 3 minutos harán que el resto del día esté tranquila y sea productiva porque podrá estar centrada en su trabajo en vez de nerviosa e intranquila sintiendo esa sensación de soledad o de vacío que, “de repente” siente sin saber por qué. Al llegar a casa, Pablo abraza a Blanca preguntándole cómo está y diciéndole que cuente con él para todo lo que necesite, que él está allí. Pablo ha aprendido que ella le da importancia a este tipo de detalles (aunque para él no serían necesarios). Blanca, por su parte, cuelga el abrigo en su percha (cuando ella estaba acostumbrada a dejar toda la ropa tirada) y después de cenar recoge inmediatamente todos los platos y los pone en el lavavajillas (ella solía hacerlo al día siguiente) porque sabe que para Pablo estos detalles son muy importantes y le dan mucha tranquilidad. Blanca no espera que Pablo  comprenda todas las emociones que siente en cada momento y Pablo no pretende que para Blanca el orden sea lo más importante en su vida… pero han aprendido a convivir y a gestionar su día a día facilitándose la vida, aceptándose y apoyándose. Pablo y Blanca son felices.

 Caso 2: Blanca sí muestra empatía y Pablo no:

Blanca está en el trabajo, se pone nerviosa y escribe a Pablo, necesita que le preste más atención. Pablo no le hace ni caso, pues no le parece importante ya que Blanca suele estar nerviosa muchas veces, sabe que está nerviosa hoy y quizá dentro de 2 días vuelve a estar nerviosa… así que él sigue con su trabajo. Pablo no entiende nada porque para él no ha sucedido nada relevante entre ellos desde las 8h, que se despedían en casa, hasta las 13h, hora en que Blanca le escribía. Sin embargo, en el interior de Blanca se han removido muchas cosas, situaciones presentes que, sin saberlo, le han recordado a pasadas y el inconsciente sin dejar de actuar ha provocado que se haya sentido sola, que se haya sentido inquieta, que no pueda concentrarse en su trabajo… ha buscado de manera ansiosa la aprobación de la gente y finalmente, ha exigido la atención de su pareja.

Por la noche, Blanca y Pablo hablan, cenan y al acabar, recogen todo y lo ponen en el lavaplatos. Blanca se esfuerza por colgar el abrigo al llegar a casa y poner el lavavajillas al acabar de cenar. Al principio, alimentados por la ilusión inicial de toda relación, funcionan… pero Blanca va acumulando y se siente cada vez más abandonada, menos comprendida, menos atendida… y esto acaba generando discusiones que salen por otros temas, cuando se le va acabando la paciencia a Blanca… sus detalles y su comprensión también se van acabando y, así, la relación deteriorando. Llega un día en que Pablo encuentra la casa un poco desordenada y le molesta que Blanca no tenga en cuenta algunos detalles, pues Pablo se había acostumbrado a que Blanca sí que fuera detallista. Al acabar de cenar ella se queda en el sofá estirada en vez de poner el lavaplatos y Pablo, que ha tenido un día muy duro en el trabajo, se enfada y empiezan a discutir porque a Pablo ese detalle le hace estallar, para él son importantísimas estas cosas. Blanca no comprende cómo puede darle tanta importancia a un lavavajillas, no entiende como, queriéndose tanto, pueden llegar a esa situación por algo tan absurdo, y pensar eso la hace sentirse cada vez peor y más sola, lo cual va agravando la situación…

O hay buena comunicación y empiezan a haber cambios y a poner los dos por su parte para aceptarse, entenderse y apoyarse… o la relación acabará desgastándose día a día… Los cambios empiezan ya, hoy y ahora y no tienen por qué ser grandes cambios de inmediato,  muchas veces los grandes cambios empiezan con pequeños detalles. Como dijo M. Luther King, “Da tu primer paso ahora, no importa que no veas el camino completo. Sólo da el primer paso y el resto del camino irá apareciendo a medida que camines”.

Caso 3: Ni Pablo ni Blanca muestran empatía:

Si Pablo no hace ni caso a los mensajes de Blanca cuando se siente sola siendo tanta la importancia que ella le da, y Blanca no hace ni caso al orden, siendo tanta la importancia que Pablo le da a este tema… la relación será muy conflictiva y es probable que si permanecen juntos, sea con discusiones constantes y además, antes o después, terminen.

La falta de empatía y la falta de comunicación rompe muchas relaciones de pareja, de amistad, familias, disminuye ventas, genera conflictos en equipos de trabajo, discusiones con clientes, proveedores, etc. Muchas veces las personas realizan acciones o tienen reacciones que no acabamos de entender, otras veces nos hemos sentido incomprendidos o incluso hemos pensado a nivel personal “esta persona no ha estado a mi lado cuando la he necesitado…” y puede ser que lo que esa persona más deseaba era estar a tu lado pero quizá no le permitías acercarse o no le explicabas nada, por lo tanto, no tenía ni idea de cuánto la necesitabas en ese momento, de ser así, no hubiera faltado ni un segundo. Debemos tener en cuenta que los demás no son “adivinos”, por lo tanto, no debemos dar siempre por supuesto que el resto de personas intuirá o sabrá lo que tú consideres. Tampoco debemos pensar que “lo normal” es que lo sepa… o que se da por supuesto cómo te sientes por lo que te ha sucedido, cuándo, por qué, qué necesitas de cada persona… pues es probable que muchas de esas personas no lo sepan. Es muy importante saber comunicar de forma efectiva, pues si no, puedes provocar un efecto incluso contraproducente.

EJEMPLO (comunicación no efectiva): En una ocasión, una reconocida profesora que había escrito varios libros y había aparecido en varios medios de comunicación, Caterina, estaba acostumbrada a impartir clases de motivación a personas adultas y les pasaba un vídeo en el que el mensaje principal decía “no permitas que nadie te diga que no puedes hacer algo, si tú quieres hacer algo, cree en ello y confía en ti mismo, lucha y  ve a por ello”. Caterina un día tuvo que realizar una sustitución de otra profesora impartiendo una clase a niños de 8 años… intentó transmitirles con muy buena intención el mismo mensaje de motivación de la misma forma que lo hacía con sus alumnos adultos, era experta en el tema que impartía. Al salir de la clase, un padre preguntó a su hijo qué había aprendido y éste respondió: “¡Papá, me han dicho que haga lo que me dé la gana, que yo sé lo que tengo que hacer,  que no deje que nadie me diga lo que tengo que hacer, así que no te pienso hacer ni caso!”.

Comunicar no significa simplemente decir las cosas de forma literal, si no que es transmitir el mensaje que queremos y para ello es muy importante adaptarlo al receptor siendo empáticos. La gente no está en tu mente, ni en tu corazón, no piensa ni siente como tú y debes tenerlo presente para saber comunicarte de forma adecuada y efectiva.

La empatía es muy importante en varias áreas de la vida, en relaciones familiares, sociales, laborales… Por ejemplo, a la hora de vender un producto o servicio y a la hora de valorar las necesidades de nuestros clientes o potenciales clientes sería importante plantearnos varias cuestiones: averiguar quienes toman las decisiones, qué valoran esas personas, qué objetivos tienen, qué les haría falta e igual ni siquiera se han planteado, qué les facilitaría su negocio a nivel de rentabilidad, cuáles son sus intereses, qué estrategia tienen, qué os diferencia de otras empresas que vuestro target (público objetivo) vaya a valorar, qué podríais ofrecerle vosotros o vuestra que le interesase a su negocio teniendo en cuenta todos estos factores, entre otros.

No todo el mundo se fija en las mismas cosas ni todo el mundo le da el mismo grado de importancia a lo mismo. Por ejemplo, quizá para una persona es muy importante ahorrar para comprarse un coche y otra persona lo ve absurdo, quizá para una persona es muy importante que el fin de semana esté estructurado y para otra es importante lo contrario, que el fin de semana sea cuando no haya ningún horario, etc. Cada uno sigue su camino y a su ritmo. Respeta a todos los casos, respeta todas las vidas. Cada uno tiene derecho a vivir a su manera, y lo que te beneficiará a ti mismo es aprender a empatizar con los demás para conseguir los objetivos que tú quieras.  Rompe esquemas, rompe prejuicios, rompe conceptos ya creados, ideas, pensamientos…  Acepta y respeta que las prioridades de otros no tienen por qué ser las tuyas. Toma tus decisiones y respeta las de los demás. Perdemos mucho tiempo juzgando las decisiones de otros, todo ese tiempo podrías emplearlo en observarte a ti mismo, analizarte, descubrirte, intuir, sentir, decidir… como he dicho en ocasiones anteriores, disfrutando de cada oportunidad que se te presente en TU propia vida. Pues muchas veces somos expertos en juzgar a todos pero luego no tenemos ni idea de quienes somos ni qué queremos.

Debemos ser conscientes que en cualquier elección siempre habrá cosas buenas y cosas malas por lo que deberemos aprender a gestionar y a sacar el máximo partido a nuestras elecciones, fijando nuestra atención en todo lo positivo que nos aportarte la decisión tomada disfrutando de ello y aprendiendo a gestionar los aspectos negativos para minimizarlos, pues no hay decisiones perfectas, ni personas perfectas, ni vidas perfectas, pero sí que puedes ser la mejor versión de ti mismo y aprender a vivir lo mejor que sepas tu propia vida construyendo, día a día, tu camino y disfrutando de ella al andar.

¡Aprendamos a facilitarnos la vida los unos a los otros!

¡Todos saldremos ganando! 🙂

MARIA GILABERT HERNANDO

EJERCICIO:

Después de leer el artículo, reflexiona sobre lo explicado e intenta aplicarlo en tu vida, en las situaciones en las que te encuentres, con las personas de tu alrededor, para conseguir los objetivos que tú quieras. Vuelve a mirar las dos imágenes situadas en la parte superior e intenta ponerte en la piel de los demás y mirar desde sus ojos. ¿Qué sientes? Cada vez que intentes ser empático recuérdalo y “ponte en la piel del otro, en su situación, desde su mirada… no desde la tuya”.

Si recuerdas la imagen, te resultará más fácil sentirlo.


23 thoughts on “¡Con sus ojos, con su cabeza, con su corazón!

    1. Sí, la verdad es que no es fácil, pero al empatizar con otra persona puedes llegar a aportar muchísimo, tanto a ti mismo como a la otra persona, es increíble lo mucho que vale la pena. 🙂 ¡Un saludo!

  1. Felicidades por el artículo, sin duda alguna hace reflexionar a más de uno, entre los que me incluyo; el concepto de empatía no está bien definido en el colectivo social y sería interesante que tomáramos nota de las acertadas dimensiones del término.

    Saludos!

    1. ¡Muchas gracias por tu comentario! 🙂 Sí, es cierto que muchas personas no acaban de entender bien el concepto de empatía… y sería genial que lo comprendieran ya que podrían aportar mucho más, tanto a ellos como a los demás. ¡Un saludo! 🙂

  2. Fantástico artículo! Muy sesudo, lleno de matices y muy práctico al mismo tiempo! Gracias, María! Una cosa más: las fotos que has elegido están llenas de fuerza expresiva, una capacidad que sin duda tiene tu blog y me encanta. Beatriz.

    1. ¡Muchas gracias por tu comentario, Bea, me ha hecho muchísima ilusión! 🙂 La verdad es que es un artículo bastante denso y requiere su tiempo leerlo y comprenderlo… jejeje! 😉
      ¡Un beso! 🙂

  3. Muy largo, si…pero ha valido la pena leerlo. Das una visión muy acertada y muy práctica de lo que es la empatía. A mi, personalmente, que me tengo por una persona empática me ha hecho reflexionar…
    Gracias!!

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